Origen

Su antigüedad se remonta a la costumbre decimonónica de la mujer sevillana, a los primeros tiempos de la feria de Sevilla, donde acudían desde 1847 a la feria de ganado, las mujeres de los tratantes o comerciantes, muchas de etnia gitana y también campesinas que acompañaban a sus maridos y trasladaban  la casa provisionalmente, con lonetas y el anafe incluidos, germen de las casetas actuales. De ahí que indistintamente se le conozca como traje de flamenca o de gitana.
Ellas vestían las cómodas batas de faena con su delantal, a las que se les añadía dos o tres volantes que con el transcurrir de los tiempos se fueron convirtiendo en moda que, además de la comodidad que aportaban, realzaban el cuerpo femenino dándole un toque de sensualidad que no conseguían con otras ropas, y ellos el traje corto campero.
Como el ocio hizo sucumbir al negocio y la feria perdió su apellido "de ganado", lo festivo  engalanó aquella primigenia bata.
La profesionalización del flamenco actuó, por las mismas fechas, de forma paralela en la consagración de la vestimenta tradicional andaluza como vestuario propio del escenario.


Con el tiempo, aquella bata que comenzó siendo una prenda de cuerpo amplio, pasó a ser el "traje de feria" para grandes y pequeñas, familias acomodadas y humildes, no había distinción de clases ni edad, y su evolución ha ido paralela con el resto de diseños que se actualizaban con cada época.





Aquí podemos ver cómo eran los trajes de flamenca antiguamente.
















Imágenes: Google

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